salgo todos los días al jardín por la mañana y al atardecer.
Lleno la regadera con agua fresquita.
Las semillas no se ven pero hay miles.
Utilizo las dos manos porque la regadera es de 5 litros y tengo los brazos finos.
Echo toda el agua en mi cabeza.
Ahora hay que esperar.Microrrelato, microficcion, minicuento, relato bonsai, texticulo, hiperbrevedad, relato hiperbreve, microcuento, ficcion subita
Cuando sea mayor
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De chica, estar al aire libre no era una sofisticación o una imprudencia:
la hora de ir a la puerta no se hacía esperar nunca y los chicos del barrio
plag...
Hace 9 años
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