Después del accidente que tuvimos decidió que era mejor que vivamos separados y que vayamos paso a paso, como cuando éramos novios. Lo bueno es que he logrado que me perdone.
La cafetería de la calle Valcarlos es ideal porque nos conocen desde hace años y porque siempre me cobran un café en vez de dos; una consideración que nunca nadie había tenido con nosotros.
A pesar de que algunas veces insista en querer pagar los dos porque estoy a principios de mes, los empleados se niegan rotundamente, haciendo de cuenta que no han visto a nadie más que a mí. Esa es otra de las cosas que me gusta del lugar, la discreción.
La cafetería de la calle Valcarlos es ideal porque nos conocen desde hace años y porque siempre me cobran un café en vez de dos; una consideración que nunca nadie había tenido con nosotros.
A pesar de que algunas veces insista en querer pagar los dos porque estoy a principios de mes, los empleados se niegan rotundamente, haciendo de cuenta que no han visto a nadie más que a mí. Esa es otra de las cosas que me gusta del lugar, la discreción.
que brevedad más triste
ResponderEliminarQué triste e relato, un hombre solo pretendiendo que nada pasó, que aún está acompañado de su compañera. Lo encuentro muy creativo de verdad. La verdad es que tiene dos lecturas, podría tomarse como un hombre que tiene el temido alzheimer o que no aceptó nunca la muerte de la mujer.
ResponderEliminarEs un relato particular, em encantó.
Hola Samanta, siento no haber podido pasar antes por tu casa, con tu permiso me quedaré por aquí. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarWhat I like about this particular short story is the sensitive way in which you describe this man's sad truth. I find this one fascinating. Well done!
ResponderEliminarPorteña, ¿No será ella la que no está? ¿No será que la ficción está de este lado y no del otro? Nunca se sabe.
ResponderEliminarA mí me gusta la idea de ver al marido solo y a ella creyendo que está.
Besos.
La negación de lo que está pasando crea nuestro universo particular cerrando ventanas que no nos interesan, que nos daña su luz, que nos arruina el paisaje. Es una triste historia y profunda.
ResponderEliminarSaludos.
Somos lo que queremos ser......
ResponderEliminarGenial.
ResponderEliminarHermoso, profundamente triste en su brevedad, y su intensidad.
ResponderEliminarme encantó, que pases un bonito día, un beso
Excelente.
ResponderEliminarCómo me gusta cuando jugás con los límites.
ResponderEliminarY cuando esa línea es la muerte, cuánto vértigo! (la muerte, que debe ser algo parecido a la locura)
muy buena entrada pero que terrible
ResponderEliminarBuuuaa!!! me recordé de la pelicula ''sexto sentido''!!!
ResponderEliminarbbuaaa!!!! que buen micro-relato.