Imprevistos decorados que rezuman herrumbre humedad tiñen al fondo anodino mientras armo los pasos. Esperas sentado, silla que aprisiona el abandono.
Me miras conteniendo un puñado de filosos recuerdos con los que agujereas, “vivir es viajar al alma, pa”, le digo sosteniendo su aliento mientras él callado revuelve el té de memoria sobornada.
Me miras conteniendo un puñado de filosos recuerdos con los que agujereas, “vivir es viajar al alma, pa”, le digo sosteniendo su aliento mientras él callado revuelve el té de memoria sobornada.
No words to explain better what you feel..
ResponderEliminarme gustó tanto lo de la "memoria sobornada"
ResponderEliminares increíble todo lo que pudiste transmitirme con esas dos palabras.
No me pierdo de tus letras!
un abrazo sideral.
Juana
Un pie amputado duele. Dicen que el manojo de terminaciones nerviosas que asocian el pie al pie perviven, aunque el miembro ya no esté. Y duele por eso.
ResponderEliminarIgnoro qué clase de redes atan los recuerdos a la memoria. Sé que se deterioran. Y sus rotos también duelen. No tanto por los agujeros, sino por las hebras que quedan.
Besos. Me encantó.
precioso
ResponderEliminarla memoria sobornada es difícil de digerir. Si existe de verdad, no sabe tan bien como el té.
ResponderEliminarSaludos.
Te echamos de menos, Svor. Un beso
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