4 cuareta y 5

Subterráneo. Todo negro. Pero no hay subterráneos. Más personas. “¡Vamos!”. Agua fría por los tobillos. “¡No sabemos nada!”, gritan. La escalera mecánica sube. Subo. Un vestido blanco. La escalera está llegando al techo. No frena. Celestes y blancos. El techo de pronto abajo. “¡Mamá!”, la abrazo. “Será Catalina”, dice. Ahora empujones. Más personas. No veo a mamá. El ascensor baja rapidísimo. Vértigo. Gritos. Grito. La mano en el vientre. Ahora un sonido familiar… Se pierde la conexión... El sonido… “¿En qué anda?”. “Ah, sí”… El ascensor disminuye la velocidad y frena… El ruido insiste y penetra. Aprieto los ojos fuerte... Se abren las puertas lentamente. Bajamos en orden pero a mi me dejan bajar primero. Reconozco al sujeto que nos saluda al salir: es el de la recepción… La alarma se hace cada vez más acelerada e insufrible. Me aturde.

Extiendo el brazo para alcanzarla y apagándola dejo reposar mi otra mano sobre el vientre.

10 comentarios:

  1. Cuquita, la Pistolera8 de diciembre de 2007, 5:14

    ¿Una pesadilla?¿Un embarazo?

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  2. Se te fue la mano donde tu corazón latía en ese momento.
    ya pasó
    Besos.

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  3. Parece la descripción de una peli de Bruce Willis.

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  4. Y......quedé suspendida.
    Gracias por transitarme, y que estas fiestas lejos de los tuyos sean lo mas llevaderas posibles.
    Gracias por visitarme.
    Cariños

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  5. ehh!
    qué ritmo tiene ese texto. Forma parte de algo? de un relato o está completo tal cual?
    un saludo

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  6. Un fundido en negro y después...
    es una escena perfecta-
    ( luego de meses de haber tenido a mi Paula aún yo me llevaba la mano al vientre cada vez que algo podía chocarla)
    perfecta

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  7. uff! Se me encoje el corazón.

    Me encanto tu blog.

    SALUDOS!

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  8. Me gusta, me intriga... me encanta...
    Besos

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