Emil Valentine

Caigo en tus brazos, mujer, porque no tengo consuelo. No puedo conmigo cuando llega la hora del descanso. Prefiero tu compañía, que tomaré sin preferencias y con atajos, aunque la cantidad de surcos acumulados en los bolsillos obligue la diferencia.

Caigo de necesidad, contra la soledad, contra la imagen que se me pega sin identificarme.

¡No soy lo que piensas, mujer! Mentira suena de los labios que repito. Porque me arrastro y repto hasta encontrar unos pies más pequeños que los míos, más delicados, para estar seguro. Antes los olía, ahora, mujer, sólo me aferro a ellos porque quiero compañía. Porque en la noche se hace más grande la habitación y la cama se hunde.

Quiero tu cuerpo entregado sin esfuerzo, tu necesidad, para no tener que llevarme las expectativas que comprometen al día.

Yo tengo otro sueño, debes saber mujer, y es la sed del mismo cuerpo cada noche, pero no he podido escuchar la melodía de esa voz. Esa punzante falta me obliga a caer, a suplicar, a llenarme de carnes sin melodía, y evitar la oscuridad de un cuerpo solo, hundido en la cama sobre el fuego de la soledad que convierte en cenizas.

20 comentarios:

  1. Las camas de la soledad siempre se hunden en el medio.
    Y uno rueda.
    Se despeña en ese ahullido inútil de la ausencia.

    Las quiero (a Emil también)

    Besos

    ResponderEliminar
  2. La inmensa compañía que nos acumula el silencio...

    ella fiel compañera siempre está con nosotros,...

    un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Caer en los brazos... absolutamente poético.

    Besos

    ResponderEliminar
  4. hermoso, aunque se que está palabra se queda corta. tenés esa forma de decir la cosas como deben de decirse en la escritura... "quiero tu cuerpo entregado sin esfuerzo..." esa frase completa me gustó mucho.
    vos también de alguna forma tratas mucho el tema de la soledad y el amor, y eso es un tema que me onsesiona.
    un abraso

    ResponderEliminar
  5. Hay compañías y ausencias que tienen vocación de sinónimos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Hay compañias efimeras que no alcanzan a hundir la cama. Es un bellisimo escrito, lo senti a flor de piel! Saludos y gracias!

    Ariel.

    ResponderEliminar
  7. Y Joaquien le cantaria :

    Y me envenenan los besos que voy dando,
    y sin embargo cuando duermo sin ti,
    contigo sueño,
    Y con todas si duermes a mi lado...
    Bellisimo lindo , hizo un hueco en mi cama .

    ResponderEliminar
  8. Señorita Porteña, se ve usted muy bien en esa foto del perfil. Atractiva. Pero atractiva de verdad.
    He leído las entradas atrasadas y compruebo que cada día escribe mejor. Y ahora continúe porque me mola leer sus textos.

    ResponderEliminar
  9. ¿Verdad que hay imágenes que se nos pegan pero no nos identifican?
    Quizás de ahí sobrevenga el desconsuelo, la soledad, el deseo de seguridad de quien también nos necesite, la huida de la oscuridad de un cuerpo solo.
    Tus palabras son preciosas. No puedo percibir las cenizas de ninguna soledad en ellas porque badie que escribe así puede nunca sentirse solo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  10. Hoy inauguro en Alonso Martinez, Galería Báculo en C/Pelayo 67. A las 20:00 el típico vino de cortesía. Siento la tardanza en avisar!
    Besos!!!

    ResponderEliminar
  11. hola te invito a ver mi ultimo poema, sueño de musa, chao te espero.

    ResponderEliminar
  12. Soledad...ahora guardo silencio y te leo, una y mil veces.

    ¿algún día me contarás el secreto que amamanta tu escritura?...

    un beso

    ResponderEliminar
  13. En companía de la soledad...
    Hay etapas en las que es fiel, pero otras en las que se muda a camas menos felices (¿por suerte?).
    Sobre el colchón (hundido a ambos lados)... Manco Cretino

    ResponderEliminar
  14. Ya iba debiéndote una visita, todo sea dicho.
    Curiosos tus textos, a medio camino entre lo poético y narrativo.
    En el caso del hombre que ocupa esta entrada, estamos ante el típico egoísta que busca compañía no porque la necesite, sino por temor a estar solo. Lo peor es que así lo manifiesta y, así y todo, la mujer acabará por aceptar la proposición. Y luego se quejará de falta de cariño.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  15. Si alguien me hablara asi
    yo lo abrazaría inmediatamente
    y sin dudar.

    !!jajaj!!

    Besos

    ResponderEliminar
  16. "Yo tengo otro sueño, debes saber mujer, y es la sed del mismo cuerpo cada noche,"

    Muy caliente estas palabras, algunas casi queman.... Muy latinas...
    Saludos

    ResponderEliminar
  17. palabras envolviendo sentires tan palpables, me ha gustado mucho.
    besos

    ResponderEliminar
  18. También se puede huir hacia adelante. Y sin duda alguna existen mentiras más sinceras que la realidad.

    ResponderEliminar
  19. Fantástico!, si el mate se acompaña con cosas como estas, gustoso acepto tu invitación.
    (Sólo habría que hacer un cambio: la tarjeta debería decir "estás invitado...")
    Saludo, y prometo volver

    ResponderEliminar