Quién

Agüita cae. Tus ojos quieren retenerme, por eso lloran evitándolo. Y se que lo has hecho todo. Cuidaste la esperanza y mis exigencias. Me besas y la intensidad llena sombras. Pero no puedo preguntarme qué haré sin ti.

Tu cabeza piensa: es necesario verla a mi lado mañana, cada día. No aceptas el ‘era inevitable’.

¿Sabes?, te amé como pude, con el porcentaje de mí que quedaba. El otro aun brilla en la mano derecha, recordándome quién está en casa. Recordándome que aun elijo llegar a casa.

7 comentarios:

  1. Tan sólo hay que pensar en lo que brilla. Cada mañana, al comer, cuando se cruza otro que parece brillar más aunque es mentira. Siempre mirar la mano derecha porque el último pensamiento será para ti. Y el tuyo para esa luz que aunque soples siempre quemará la retina.

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  2. Dilema. El atávico regreso a casa....un picaporte de salida o entrada. Un texto con tanta expresión, con tanta sabiduría y con tanta poesía que se me graba en el alma.
    Besos, amiga querida
    Gracias
    El REL

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  3. Los fuegos del inicio ya no están. Ahora conviene saber si hay brasas o cenizas.

    Un abrazo.

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  4. El potente calor de la costumbre, de la lumbre conocida.

    Besos

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  5. Muy fuerte, como todo lo que escribís.

    Beso

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  6. "Te amé como pude..." Poder decir algo así es ya en sí toda una bella declaración, reposada y sincera... aunque sea hecha para decir adiós.

    Un beso, Svor.

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  7. Hay alianzas que rodean el corazón...

    Besos.

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