Oigo tu voz. Déjame oírla sin interrupciones.
No se qué me cuentas, la melodía de tus palabras me adelgazan.
Y la tarde pueden ser noche y la mañana también porque me siento a salvo, frente al resto.
Y no me importa. Aunque estemos en medio de un parque.
Soplas en mi cuello erizando las partículas que harán que te necesite.
Buscamos un refugio para que la culpa no entre. Y allí vamos.
A crear momentos que en los cuentos existen para hacernos eternos y suspiros.
Cuando sea mayor
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De chica, estar al aire libre no era una sofisticación o una imprudencia:
la hora de ir a la puerta no se hacía esperar nunca y los chicos del barrio
plag...
Hace 9 años
Describes muy bien esos momentos íntimos en los que el tiempo pasa volando y da lo mismo el lugar, lo importante es la compañia....
ResponderEliminarUn abrazo
La culpa nunca llega si la cosa es verdadera.
ResponderEliminarAbrazos sin resquicios...
ResponderEliminarMuy bonito, genial lo del refugio sin culpa...
ResponderEliminarBesos