El capuchino siempre fue su preferido. Lo pide descafeinado y seco (sólo espuma) en vaso de vidrio. Asegura que son ellos mismos y no se lo quiere perder.
Sin apuro de beberlo, disfruta el contraste de colores.
Introduce la cucharita. Sonríe. Juega y la gira en sentido de las agujas del reloj 5 veces, a propósito. Se toca el vientre. Vuelve a sonreír. La leche y el café se mezclan. Esa es la versión de la historia de amor que les contará a su niño cuando le pregunte.Microrrelato, microficcion, minicuento, relato bonsai, texticulo, hiperbrevedad, relato hiperbreve, microcuento, ficcion subita
Cuando sea mayor
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De chica, estar al aire libre no era una sofisticación o una imprudencia:
la hora de ir a la puerta no se hacía esperar nunca y los chicos del barrio
plag...
Hace 9 años
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