Levanta el brazo y gira la muñeca, las nueve y cuarto pasadas. No se por qué me han empezado a salir pecas en las manos.
La mirada perdida se refleja en la ventana de la cocina. Que sobre comida es lo que menos importa, piensa, nueve y treinta y tres.
Tocan el timbre. Por fin. Se repasa el vestido con las manos, se acomoda el pelo.
Qué guapo estás. Tu también. Pasa, pasa. Me he retrasado porque no encontraba el papelito con la dirección. No pasa nada, por favor, ponte cómodo. Cuánto me alegra que hayas venido.
Después de la cena a la luz de la vela, con una tenue y agradable música de fondo, toman café. Al despedirse se dan un beso de los que no se olvidan y cuando él está a punto de subir al ascensor lo detiene: perdona, no te he preguntado tu nombre.Microrrelato, microficcion, minicuento, relato bonsai, texticulo, hiperbrevedad, relato hiperbreve, microcuento, ficcion subita
No hay comentarios:
Publicar un comentario