Fue hasta la biblioteca, escogió la antología preferida de microrrelatos, puso agua a hervir, le echó un caldito de verduras, esperó a que se disolviera. Abrió el libro, sacudió las páginas y le agregó todas las letras.
Cuando sea mayor
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De chica, estar al aire libre no era una sofisticación o una imprudencia:
la hora de ir a la puerta no se hacía esperar nunca y los chicos del barrio
plag...
Excelente.. me quedo en silencio..
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos...
Un placer estos sorbos.
ResponderEliminar¿Y a qué sabía el libro?
ResponderEliminarBesos
Waoo!, mis aplausos, un placer leerte...
ResponderEliminarUn caldito caliente con letras escogidas le hace muy bien al alma.
ResponderEliminarUn abrazo
Yeli
Buena sopa de letras...
ResponderEliminarUn beso
Muy preciso.
ResponderEliminarSaludos.
Menudo empacho. Todas las letras, qué barbaridad.
ResponderEliminarDebía de saber estupendo. =)
ResponderEliminarMuy originales tus posts.
ResponderEliminarEnhorabuena
Son deliciosas tus hiperbrevedades, ideales para una tarde gris y de suave lluvia como la de hoy.
ResponderEliminarBesos.