El agua es una necesidad constante mejor prevenir por si nos cae un gran chaparron. Me hice seguidora tuya como me recomendastes por correo... Con cariño Mari
Lo de llevar el paraguas sin que llueva es tener elementos que nos recuerdan las carencias que echamos en falta.Siempre algo relacionado con ellas nos hace más llevadera su ausencia. Gracias por tu invitación y.....seguiré leyendo tu blog y comentando.
Los buenos padres son siempre así, siempre protegiendo a sus hijas, no sólo por su amor, sino porque tienen que sentirse protectores para estar de acuerdo con su naturaleza. Un pensamiento breve y profundo, como tiene que ser. Un abrazo.
Busco paz entre las horas de este otoño perezoso, en el silencio de sus tardes, en el amor y en el olvido, en los árboles sin hojas, en los pájaros sin nido, en la lluvia silenciosa que humedece nuestras vidas.
Felicidades por éste,tu "cielo divino" y por toda esa variedad de "cosas" bonitas, sencillas, profundas, maravillosas que llega al alma y se acunan para siempre,. Un abrazo muy fuerte, Samanta. Antonio Víctor
gracias por invitarme a tu blog ya me hecho seguidor aprovecho para invitarte al mio tambien pasate cuando quieras y comenta algo si te apetece me pasare por aqui de vez en cuando
Yo tambien te agradezco la invitacion. He leido por arriba nomas, porque estoy dandole de comer a mi bebé, pero me hice seguidora y volvere siempre que escribas. Tu tambien estas mas que invitada a mi blog. Un beso.
César es un dios. Creador de la vida. Creador de la hija. Nada se crea de la nada. Para crear, necesita César que su criatura tenga antojo de agua. Y le pone un juguete entre las manos para que ella decida cuándo y decida dónde. Lloverá agua del cielo, pero no será cuando un dios quiera. Lloverá cuando lo quiera su niña.
Yo no creo nada últimamente. Ni de crear ni de creer.
Ja,ja,ja, hombre inteligente tu padre, sin duda. Me ha recordado a mi madre, ella sostenía lo mismo... El trasfondo también tiene lo suyo, una mente aguda la tuya, felicidades... besos, Antoñi
Cuando sea mayor
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De chica, estar al aire libre no era una sofisticación o una imprudencia:
la hora de ir a la puerta no se hacía esperar nunca y los chicos del barrio
plag...
"Mujer precavida vale por dos", y tu padre, lo sabe.
ResponderEliminarUn abrazo, Victoria.
El agua es una necesidad constante mejor prevenir por si nos cae un gran chaparron.
ResponderEliminarMe hice seguidora tuya como me recomendastes por correo...
Con cariño
Mari
Lo de llevar el paraguas sin que llueva es tener elementos que nos recuerdan las carencias que echamos en falta.Siempre algo relacionado con ellas nos hace más llevadera su ausencia.
ResponderEliminarGracias por tu invitación y.....seguiré leyendo tu blog y comentando.
Saludos cordiales
Los buenos padres son siempre así, siempre protegiendo a sus hijas, no sólo por su amor, sino porque tienen que sentirse protectores para estar de acuerdo con su naturaleza. Un pensamiento breve y profundo, como tiene que ser. Un abrazo.
ResponderEliminarcomo echaba de menos tu concisión fascinante
ResponderEliminarbonito y breve, me gusto, y que llegue esa esperada agua
ResponderEliminarBesos
Hola Samanta,
ResponderEliminarme ha encantado tu lugar. Tus microrrelatos son exquisitos, verdaderamente me han encantado.
Un beso muy grande
Mónica
Hola Samanta,
ResponderEliminarme ha encantado tu lugar. Tus microrrelatos son exquisitos, verdaderamente me han encantado.
Un beso muy grande
Mónica
interesante y muy originales!!!
ResponderEliminarun beso
Muchas gracias por hacerme descubrir tu ventana..lo dicho muchas gracias navegante!
ResponderEliminares su forma de demostrar su amor y protección
ResponderEliminarcreo...
beso
Busco paz entre las horas
ResponderEliminarde este otoño perezoso,
en el silencio de sus tardes,
en el amor y en el olvido,
en los árboles sin hojas,
en los pájaros sin nido,
en la lluvia silenciosa
que humedece nuestras vidas.
Felicidades por éste,tu "cielo divino" y por toda esa variedad de "cosas" bonitas, sencillas, profundas, maravillosas que llega al alma y se acunan para siempre,.
Un abrazo muy fuerte, Samanta.
Antonio Víctor
gracias por invitarme a tu blog ya me hecho seguidor aprovecho para invitarte al mio tambien pasate cuando quieras y comenta algo si te apetece me pasare por aqui de vez en cuando
ResponderEliminarYo tambien te agradezco la invitacion. He leido por arriba nomas, porque estoy dandole de comer a mi bebé, pero me hice seguidora y volvere siempre que escribas.
ResponderEliminarTu tambien estas mas que invitada a mi blog.
Un beso.
Microrelato, hiperbrevedad, poesía y aforismo. Encantado, en el sentido primordial de la palabra.
ResponderEliminarCésar es un dios. Creador de la vida. Creador de la hija. Nada se crea de la nada. Para crear, necesita César que su criatura tenga antojo de agua. Y le pone un juguete entre las manos para que ella decida cuándo y decida dónde. Lloverá agua del cielo, pero no será cuando un dios quiera. Lloverá cuando lo quiera su niña.
ResponderEliminarYo no creo nada últimamente. Ni de crear ni de creer.
Beso!
Menos mal tiene paraguas para refugiarse ...
ResponderEliminarGracias Por la invitación
Interesantes Líneas...
Seguro que él atrae a la lluvia
ResponderEliminarpor eso es necesario que te dé el paraguas.
Un abrazo.
Juan Antonio
Muy bonito tu microrrelato. Creo que encierra una gran metáfora.
ResponderEliminarTe agradezco la invitación. Valió mucho la pena.
Saludos.
Jejeje, había oído lo del ritual de los indios para que llueva, pero el ritual de tu padre no lo había oído nunca!
ResponderEliminarUn besote.
Ja,ja,ja, hombre inteligente tu padre, sin duda. Me ha recordado a mi madre, ella sostenía lo mismo... El trasfondo también tiene lo suyo, una mente aguda la tuya, felicidades... besos, Antoñi
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