Por buena conducta

Liberaron al preso de la cadena perpetua después de veinte años de encierro.
Al salir, como se encontró con el precipicio del que todos hablaban, se sentó a la puerta del edificio de reclusión por si se abría alguna vacante.

5 comentarios:

  1. Contradictorio pero según dicen los que han estado en esa situación, real, real.

    Un saludo indio

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  2. Qué sensación hay después de finalizar algo que creíamos opresor? Por ej. una relación, el colegio o universidad, un trabajo. No sé... La libertad tiene su precio. Es un arma de doble filo que sólo si se sabe usar te llena de dicha.

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  3. Ah, este es el famoso caso del asesino que se encerró en sí mismo. Ya lo conocía.

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  4. Buenas,

    Soy María, de A-Zeta Revista. Nos gustaría contar con alguno de tus relatos para nuestro Concurso de Microrrelatos A-Zeta. Puedes mandárnoslos a revista.azeta@gmail.com.

    Gracias,

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