Te pido un último café y no me ves más la cara.
No puedo. De verdad. No tiene sentido.
Como amigos.
Que no. Que yo no tengo amigos.
Me pondré de rodillas.
Por favor, no me hagas esto. No te pongas así de pesado. No es no.

Rosa dio vuelta a la esquina y se apoyó contra la pared apretando los ojos, exprimiendo lágrimas. Ariel regresó a su casa y, de camino, compró flores para su esposa, quien es alérgica al polen y no lo sabe.

Dedicado al amor inapropiado

2 comentarios:

  1. Solo faltó que ella dijera: "... es lo mejor para todos..."; aunque nadie sepa si eso es cierto (Nadie suele tener charlas con el Tiempo).
    Suma... Manco Cretino

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