La mujer

La mujer con la que me casé apareció este fin de semana (el sábado para ser más preciso) después de mucho tiempo de ausencia. Llevaba tacones, un vestido negro ceñido a la cintura, el pelo a lo Greta Garbo, el perfume que me vuelve loco y unos ojos grandes y llenos de pestañas (¿o cejas?, es que siempre las confundo). La boca sobresaliente en rojo esmaltado.
Como había recibido un pequeño aumento de sueldo, la llevé al mejor restaurante y después a bailar, para festejar su aparición y mi progreso. La pasamos muy bien, recordamos viejos tiempos y nos besamos como dos chiquillos.
Al llegar a la casa se me contrajo el estómago. Por eso le rogué al oído por última vez “no me vuelvas a dejar nunca”. Ella se metió en el baño en suite diciendo “no seas tontito”. Y me quedé mirando la puerta, sentado en el borde de la cama, como un perro esperando a su dueño fuera de la tienda.
Al rato, otra mujer, la de todos los días, la de las ojeras y los pelos desteñidos, se acostaba otra vez en mi cama con mismo pijama raído.

15 comentarios:

  1. jaja aunque mona se vista de seda...

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  2. Bueno, no es fácil ser siempre una diosa.
    Al menos sabés que cada tanto la podés volver a ver.
    Tampoco debe ser tan mala la ojerosa y despeinada.

    Saludos.

    Andrea

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  3. nos traicionamos, cuando dejamos de ser las que somos, las que éramos, no ya por voluntad propia, sino porque nos dejamos vencer, sin darnos cuenta.

    pero descansar de ser la mujer magnífica es lo justo, porque es cansado.

    besos!

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  4. Svor es muy bueno, lo tiene todo. Además se lee muy bien. Ahora, he empezado a puntuar los textos cuando dejó un comentario, creo que puede ayudar.

    Puntuación: 9

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  5. Que duras tus palabras, la mujer siempre trata de estar bien pero el trabajo del hogar, los niños no le deja muchas veces ser ese ser que todo hombre quiere encontrar cuando llega a su casa, igual me gusto, porque muchos lo piensan y así queda en ellos.

    Besos

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  6. Mientras lo que cambie sea solamente el exterior...

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  7. Si ese hombre prefiere a la mujer que entra en el baño y se siente frustrado con la que sale debería pedir ayuda porque, a fin de cuentas, el interior seguirá siendo el mismo. Eso de estar monas las 24 horas del día queda muy bien en las películas pero en la vida real es demasiado complicado (ah, y habrá que verlo a él ¿no? ;)

    Besos

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  8. Tras unas horas de ilusión aterrizó en el mundo de la realidad.

    Buen relato (no para un nueve que te da Daniel pero está bien sí)

    Un saludo indio

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  9. Svor, me gustó y me sorprendió el asombroso parecido con una de mis albadas:

    http://realidadesparalelos.blogspot.com/2009/06/albada-iv.html

    Un saludo.

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  10. Pienso que el texto de Victor no tiene nada que ver con el Svor porque en este caso, ella escribe desde la perspectiva de su marido, lo hace con intención porque es ella quien siente, por un momento, que vuelve a ser la misma que cuando se casó, y volver a ser el mismo es una sensación que no sólo da placer, sino tranquilidad, "La pasamos muy bien, recordamos viejos tiempos y nos besamos como dos chiquillos" creo que el texto se trata de eso. En el caso de Victor, por ser él quien dice que su mujer se transforma no deja de ser un comentario superficial.

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